La Real está en octavos de la Copa del Rey. A pesar del planteamiento ultradefensivo de Philippe Montanier, un gol postrero de Agirretxe certificaba la clasificación para los donostiarras, que hasta ese momento sufrieron de lo lindo para aguantar la ventaja adquirida la semana pasada en Anoeta (4-1). De este modo, el conjunto txuriurdin rompe el maleficio que se había instaurado años atrás en torno al torneo del K.O. Además de eso, el pase a octavos sirve para llegar con cierta tranquilidad al parón navideño, aunque la situación de la Real en liga deje mucho que desear.
Visto lo visto, uno no está muy convencido de si realmente el francés quería pasar de ronda. Su planteamiento ultradefensivo (6 defensas en el once inicial) estuvo a punto de jugarle una mala pasada frente al Granada, tan combativo y bregador como siempre. Los primeros minutos fueron claramente para los andaluces, que trataban de combinar por bajo para llegar al área defendida hoy por Eñaut Zubikarai. El entramado defensivo de la Real no dejaba muchos resquicios, pero en el minuto 15 el delantero Geijo mandaba el primer aviso: mano a mano frente al cancerbero realista y balón al palo.
Como dice el refrán, el que avisa no es traidor, y así lo confirmó el Granada. Cuatro minutos después del remate de Geijo, el árbitro pitaba penalti en contra de la Real, por mano del joven Iñigo Martínez (anda un poquito descentrado últimamente el chaval). El portugués Siqueira era el responsable de subir el 1-0 al luminoso. Los nervios empezaban a aflorar en los visitantes.
Los jugadores del Granada festejan el 1-0 |
La respuesta de la Real no llegaría hasta pasada la media hora de partido. En el minuto 33, un gran pase de Rubén Pardo (gran partido el suyo) hacia el uruguayo Ifrán provocó la primera ocasión clara para los donostiarras. El remate del uruguayo se fue alto. Dicha ocasión fue un mero espejismo, ya que el Granada siguió a lo suyo y logró poner en aprietos a Zubikarai por dos veces antes de llegar al descanso.
En la segunda parte el guión cambió un poco. A los diez minutos, un gran cabezazo de Ifrán a centro de Pardo puso a prueba a Roberto, que con una gran estirada evitó el empate. Cuando mejor estaban los realistas sobre el campo, llegó el segundo tanto del Granada, obra de Geijo, que esta vez no perdonó. Aprovechó un centro medido de Dani Benítez (Estrada tendrá pesadillas con él) para hacer el 2-0 y ponerle aún más picante a la eliminatoria. Con un gol más, el Granada pasaba a octavos.
Agirretxe, otra vez decisivo |
Menos mal que la Real tiene a un gran delantero como Imanol Agirretxe en su plantilla. El usurbildarra se encargó de justificar por qué es el '9' titular con un gran gol a falta de cinco minutos para el pitido final. Con este gol, la Real ponía tierra de por medio y acababa de sentenciar a un Granada que merecía algo más. Al final, 2-1 en el partido y 5-3 en el cómputo global, favorable a los donostiarras.
De esta manera, la Real olvida las penurias de la liga con una buena copa. Dicha copa ayudará también a Montanier a digerir mejor el turrón, cosa que otros compañeros de su gremio como Manzano, Garrido o Aguirre no podrán. Y, para qué negarlo, tambien aportará una dosis de emoción a la parroquia realista, muy sedienta de triunfos y alegría en una larga travesía por el desierto. Quien sabe, quizá la Real halle el oasis allá por Mayo, aunque todavía queda un largo camino por recorrer, y muchas copas por tomar.
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